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sexta-feira, 17 de junho de 2011

HACE UN TIEMPO YA... (ESPANOL)

El otro día amanecí
con el corazón destrozado.
No que me importara tanto vivir
con ese pedazo de cuerpo
pendiendo sobre el vacío,
sobrando como si no lo tuviera
mas me dolió no poder hacer nada
con los minutos que corroían
mi paciencia como gusanos,
de no saber lo que hacer con el dolor
que me martillea la sangre
y las preguntas
después de las últimas imágenes
que recuerdo de tu rostro.

Fue un largo camino recorrido
hasta llegar a ver
mi ola morir en plena playa
y al final
no conseguí jugar con las cartas marcadas
que escondía debajo del esqueleto,
no pude percibir
que era yo.
Mas de esta vez, desnudo.

Hace algún tiempo
escribí sobre dos pies moribundos
cuando mi alma aún era blanca
y virgen de recuerdos,
como si pudiera
detener el tiempo con las lágrimas
y hacer del arrepentimiento
la razón perfecta para el perdón
la justificación para que te olvidaras de todo.
Pero no de mí.

Cuando dije
que me quedé con el corazón en pedazos
no fue una simple metáfora,
no fue un mero pretexto.
Era demasiado evidente
si hubieses mirado dentro de los ojos,
si hubieses buscado bien profundo
las marcas de la desilusión
en las cicatrices todavía vivas,
en los escondrijos debajo de la piel,
en las finas circunvoluciones
de mi retina hecha de luces.

Sin querer me olvidé
que la vida es la misma para todos
y que no tolera términos medios
ni cobardías de estación.
Con la misma prudencia nos regala
miedos, frustraciones
y frutas no comidas,
pasiones, recuerdos
y todas las semillas
que aparecen en los ojos
cuando sentimos el amor.

Puede ser que hoy solo escriba
estas palabras
y tal vez no resista el peso
de tu imagen en mis sueños
en estas noches que más parecen
un camino ciego de colores,
donde los besos descansan
sus pasiones prohibidas
y yo no sé más
cómo tocarte sin herirme,
sin ahogarme
en mi propio llanto que oxida
mi coraza de gladiador.

¿Cómo administrar
los minutos interminables de un beso?
¿Cómo detener aquellas horas
que ya nos dejaron hace tiempo
y pasan volando a veces
tan cerca del suelo
que se confunden
con las piedras de la memoria?
¿Cómo hacer llover tu silueta
en la puerta de mis ojos?
¿Cómo...?

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