Hoy percibí
mi horizonte con tu luz
tus piernas dibujadas
en el sol poniente
tus nalgas como paisaje,
vestido de azul
y tus senos reposando
en mis brazos como puentes.
Siento nuestros sudores
como los sueños del pasado
con el matiz perfecto
de tus fugas coloridas,
cabalgando en tu cuerpo
rezaré por mil pecados
deslizándome despacio
con mis idas y tus venidas.
Sé que estas noches blancas
no me dejarán solo
y mis manos descubrirán
de una vez tus fantasias,
mi cuerpo te tendrá
como regalo, que ni oro
y mi solitario placer
hará de las noches, los días.
Serán mis pasos
los culpables de tus sueños,
o me arancaré del alma
los besos que sufrimos,
serán mis brazos
la caverna de tus huesos
en tu cielo cubriendo
las estrellas que vivimos.
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