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sábado, 17 de setembro de 2011

PARATY (ESPANOL)


Desde que los insomnios anduvieron los caminos
e inundaron nuestros cuerpos con aguas y tornados
siento mis pies en tu cuerpo blando como un nido
con esta pasión subordinada a cuerdas y teclados,
temperadas con las noches de sal y de cariños
así sumergidos en este mar de música y pecados.

Amando las olas que rompen en los descansos
y en los peldaños que el albo horizonte lleva encinto
con estatura de amantes y blancos como santos
el mar inunda las raíces de las piedras en el recinto,
en las calles que vencen los pies de tacones altos
en este invierno en que las manos ya no siento.

En sus calles tropecé con los pies casi humanos
entonando mis cantos y encantos de explorador
hice valer mi tatuaje de hacer vida con las manos
recojiendo mis poemas con tu vientre y su calor,
senti en cada esquina o callejuela olores tan insanos
y supe que eran muchos los motivos para este amor.

Cada sábado, cada noche, cada vez y cada año
en que me descubro despierto, santo, pasajero
abierto, plural, animal, inocente o asesino,
también harto, virginal, desnudo o derrotado,
soy vencido en el cuarto por tu cuerpo sin vestido
y verifico el óxido en mi coraza y en mis dedos.

Creí que sabía de todo en este vasto universo
sobre sayas, sonrisas, perfumes y corazones partidos
sobre llantos, susurros, risas, originales y reversos
y sobre piernas, piel y poesías recitadas sin destino.
Pero no sé de nada de lo que llega en estos versos
ni del polvo gris que se amontona en mis oídos.

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