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sexta-feira, 7 de outubro de 2011

CANTO A LA HABANA (ESPANOL)


Te cantaron tantas veces que los ojos se te volvieron poesía.
Vestida con el manto del mar Caribe,
desfilas con tus santos y mulatas en medio de los arrecifes y los corales,
reverberas desde el azul que te nació en el cuerpo
con las músicas en la cintura de tus mujeres.

Habana que te me pierdes y siempre te encuentro
entre las ruinas de los horizontes y las balsas,
aquí estás y no te me escapas aunque por las noches prefieras dormir sola
soñando con las horas que te obligan a recordar los años
que se arruinaron hace más de medio siglo entre los cafetales
                                                                                           y las cañas quemadas.

Habana de mil pecados perdonados
casi te me olvidas cuando me dejaste en el avión de este exílio
que rasga la piel de los que te aman aunque se olviden de ti
por los breves instantes en que cambian de camisa o de vestido.

Habana hecha de hierba y de esperanza
con tus edificios que cumplen siglos de nacidos
y se desploman a los pies de los que pasan como si fueran gotas de lluvia,
así te deshojas en cada primavera con tus balcones que se rajan al viento
desde donde invitas a alcanzar el mundo
a los que viven los días como si fueran sueños.

Habana de los carnavales que ya no arrollan detrás de tus carrozas,
el calor de tus calles no es más el mismo desde que partieron tantos amantes
más allá de los muros que nos disimulan y resguardan tus aceras del salitre.
Habana que derrites las injurias que en las noches te hacen los comejenes
te siento aquí dentro de los ojos, dentro de mis sueños sin límites
en los que te desnudo y te beso el alma y las heridas.

Habana nueva, vieja, azul y amarilla
que entre las nubes engañas a los que te vivimos,
te siento despierta entre las sílabas y los barrancos de tus muchachos
que se lanzan a la mañana con el alma llena de burbujas
y calzan sus alpargatas de viento con lo quedó del último naufrágio.

Habana que purgas los pecados que te obligan
los que todavía anidan en las aduanas y en los escritorios,
sé que continuas clara y felíz cuando deshaces estos nudos
donde los amantes comparten en tus alcobas sus fluidos,
sé que sueño con tu cuerpo y duermo en tu vientre todas las noches
detrás de mi puerta que lleva escrito tu nombre
y en la cama donde celebro el encuentro de mis amores
                                                                              y mis causas perdidas.

Habana viva y muerta de deseos de tatuar el cuerpo
                                                                              con las prendas de tu música,
no es verdad la sentencia de muerte que te inventaron
ni las espinas que te nacen en la piel en los crueles días de lluvia
cuando tus calles se quedan llenas de lágrimas
inundada y perdida, salada como el ojo de los ciclones
que te azotan como castigo en cada noviembre.

Sé que vivo en ti entre las ruinas de tus casas y tus iglesias
aunque para vivir tenga que inventarme malecones,
adoquines y amigos de infancia,
sé que estás viva aunque no respondas
aunque te niegues a esbozar una sonrisa,
sé que estás en cualquier ángulo en que mis ojos miran,
y dentro de todo lo blando que me toca cuando beso
el arcoíris de tu arroz con tus negros mezclados
que nos hacen agua en la boca y en los ojos.

Sé que estás aquí, hirviendo en mi estómago como el ron de tus ancestros
junto al ruido del mar que te abraza,
derritiendo el asfalto debajo de los pies que te desafian,
despertando la sensualidad de tus músicas
en las maracas, los tambores y en tus conciertos paganos.

Sé que estas aquí aunque no me lo digas
aunque estés todavia lejos de mis manos pintadas con mariposas
y no vea ondear las sábanas en tus balcones.
Sé que eres libre aunque el Morro te cerque con sus cañones
con tu Giraldilla cuidando el horizonte por donde nos vamos todos.
Sé que estas aquí aunque te escondan de mi,
aunque aparezcas ocasionalmente entre las tardes de mi otra tierra,
aunque te vea de tiempos en tiempos
sumergida en el salitre que mis ojos destilan en tus mares
entre las fotografias de los libros y las nubes de mi infancia …

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