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terça-feira, 21 de fevereiro de 2012

EVOLUCIÓN (ESPAÑOL)

Nací en el penúltimo més del año
algo prematuro y envuelto en paños
entre las piernas de mi madre
la vida surgió como una canción,
me escabullí ágil como una serpiente
y ante la mirada atenta de la gente
me transformé en todo un escorpión.

Las fotos que mi padre me tiraba
me llenaban de luces la mirada
mientras le daba cuerda a mi reloj
para no atrasarme para la gran fiesta
que comenzaria después de dormir la siesta
donde los granos en la piel inauguraban
mis esperanzas con el estirón.

Nadaba entre las aguas de la vida,
bebía las consignas transfundidas
que en los años de oro me daba la revolución,
lleno de sueños me vestí con banderas,
con consignas que eran como enredaderas
en un futuro escondido en una piel de camaleón.

Aún recuerdo a mi madre como una princesa
llena de candor y de belleza
que realizaba los sueños que le nacían en el corazón,
recuerdo a mis abuelos, a mi padre con su moto,
al mar particular, a mis juguetes y las fotos
que congelaban mi alma en papeles sin color.

En la escuela las nenas me enamoraban con recados
que con disimulo dejaban en la mano
de mi hermana en papelitos de bombón,
en los tiempos en que le temia a los besos
en los tiempos en que no sabía lo que eran excesos
en los tiempos en que le tenía miedo al amor.

En un día de esos que no acaban
dejé que un par de piernas me robaran
lo que aún me quedaba de temor
a la orilla de la playa donde mis calzoncillos
me sonrojaron la piel mientras, así de sencillo
se llenaron de sal antes de la pasión.

Recuerdo que conversaba con las plantas
que me regalaban sus raíces como santas
cuando las luces desaparecían con el apagón,
a ellas les cantaba mis propias vergüenzas
tarareaba mis canciones y mis promesas
en el jardín de la casa de ochenta y dos.

Cerca del mar con las burbujas del día
hacía realidad todas las fantasías
que me surgían del alma como una canción,
cuando mis padres me dieron sin amarras
la música envuelta en una guitarra
justo el día en que me hice doctor.

Viví con las poesías dentro de la cabeza
con mis sueños llenos de belleza
cuando diagnosticaba infecciones
y cuando trataba el dolor,
no sabía yo que esta guitarra un día
curaría las tristezas y que me daría
las alas que hacen volar a mi corazón.

Justo cuando más lo necesitaba
y cuando menos lo esperaba
perdí a mi viejo de un sopetón
como se pierde la vida cuando mueres
cuando pierdes el sentido, cuando te hieres
cuando te olvidas de la letra de una canción.
Se fue y me dejó sin su presencia
sin sus besos, sus consejos, sin su esencia
se fue y me dejó sin su emoción
como si me castigaran por las veces que maldije,
por las veces que blasfemé cuando dije
que siempre me quedaria bien lejos de Dios.

Así se hicieron añicos mis espejos
en ese ciclón de lágrimas sin consejos
en ese torbellino sin razón,
en ese mar de hormonas y de fuego,
de barcos, de libros y de juegos
de historias que no terminan, de pasión
como un manantial de dudas y rencores,
de corazones partidos y dolores
de ausencias que llenan el alma
de cualquier mortal que pierde la voz.

Em aquellos tiempos en que las estrellas
encima de otro coche no podían lucir más bellas
cultivé amigos que sumaban más de dos
me inicié en el arte de las borracheras
comencé a usar mejor las escaleras,
y aprendí a besar cada vez mejor.
Wicho, Ricardo y los dos Humbertos
Evelyn y Galia no me dirán que miento
si digo que quería siempre ser el mejor,
mejor en el arte de continuar vivo
de no vegetar, de no vender mi destino
por quimeras o por sueños sin valor.

Como guardian del cuerpo de los enfermos
aprendí cosas que si te las cuento
el tiempo sería corto, no me alcanzaría la voz:
por ejemplo, sé que el bostezo es contagioso
que no funcionas bien si estás nervioso
que las lagrimas no se esconden del dolor,
que el corazón no alberga los sentimientos,
que el amor no se cura con cocimientos
y que estar vivo es casi um don.

Viví en La Habana sin ser el mismo de antes
bebí caravanas de sentimientos gigantes,
conocí a Silvio a través de su canción,
oí a Queen, a los Beatles y a Pink Floyd
Serrat y Mayito me mostraron lo que soy
Martí y Benedetti me regalaron la emoción
con sus poesias que llenaron mis pulmones
y me hice grande, alimenté los ciclones
que viven todavia dentro de mi corazón.

En eso llegó Beatriz vestida de poemas
como un dulce se regaló, como una gema
con las manos vacías y llenas de amor,
con ella descubrí el orígen y el precio de todo
de la distancia, del final y del lodo
y de los regalos que te brinda el cuerpo
cuando te enamoras de una ilusión.

Por vuelta de los años noventa
cuando todavía no llegaba a mis treinta
la Perestroika llegó a las fronteras de la razón
sus olas sonaron tan alto que no oía
lo que en la televisión alguien me decía
y como un gusano que se vuelve mariposa
me vestí con ropas nuevas y cinturón.

Me amarré a la espalda todos los sueños
que tenía en las noches como diseños
y mis días se hicieron tan calientes
como el infierno después del armagedón,
contaba mis costillas una por una
quería gritar como lo hace un perro a la Luna
quería volar con mis alas, cantar con mi propia voz,
quería tejer mis horizontes
quería poseer las ciudades y los montes
quería vivir sin que alguien me dijera
lo que yo podía hacer y lo que no.

Así crecieron tanto todos mis sueños
que la única forma era volverme su dueño
y me escabullí usando las alas de un avión
que zarpó sobre largas serpientes de agua
sobre sábanas de luz que nunca se acaban
sobre colchones de árboles y de sol.

Me fugué de los días sin estrellas
de los uniformes militares y las promesas
que nunca cumplieron los que decían
ser los dueños de la razón,
los que laceraron mi inocencia como un grito
en las noches en que ser libre era um mito
me fugué de mí mismo para transformarme en "yo".

Llegué volando finalmente a la tierra
que veía desde siempre en las estrellas
en que me vestía con ropas de gladiador
donde el samba se parece con la rumba
aquí donde la música no tiene tumba
me vistieron de disidente sin perdón.

Seguí mis instintos, cumplí mis promesas,
convencido de mis alas y mi destreza,
decidido a vengar todos aquellos años
que siempre me negaron con argumentos sin valor,
descubri el mundo y sus caminos
esos que me llevan a miles de destinos
que se dibujan ante mis ojos de explorador.

En el mismo corazón de las Tres Puntas
conocí a una nena sin hacer preguntas
que tenía en el cuerpo cascaveles y ron,
y en las noches en que junto a ella dormía
en las trampas de sus fantasías caía
llenas de aventuras de perder la razón.
En las Minas Gerais sobreviví a sus uñas cortas,
a su lengua perversa, a su cuerpo sin puertas
a sus nalgas bellas y a su sexo de rebelión,
ella nació para vivir debajo de mi cintura
hecha de nubes como una cosa pura
ella había nacido para ser canción
cuando cada madrugada se vestía de fiesta
y entre las sábanas me regalaba su néctar
resucitaba mi piel entre los carnavales de estación.

Seguí los pasos que me regaló la vida
y encontré los ojos de una chiquilla
que eran como un sueño, como una visión
llena de amanecer en su mirada
en un casi noviembre con su llegada
sin pedir permiso se me apareció
mientras me hacía jurar frente al espejo
que sería su padre hasta que fuera un viejo
que cuidaría de ella hasta el armagedón,
le prometí que vencería a "los malos",
que haría una guerra de dulces con soldados
que mataria los ódios en el corazón,
que construiría inmensos castillos de arena
que conquistaría tierras y la llamaría de "nena"
que calmaría los dolores con mi escudo de curador.

Llego por fin hasta estos putos días
mientras digo que todo esta muy bien,
y por que no estaría?
porque el abdomen no cubre mis genitales,
los cabellos aún no están blancos,
y tengo muy buenas energías para hacer el amor,
todavía me fabrico cientos de horizontes
con los brazos que me sobran,
con la voz que no se rompe,
con los poemas que el alma me violan
con mis espaldas heridas, con la voz,
con mis manos y sus dedos intactos
con mis versos, mis auroras y con los cantos
de la guitarra que me abrió um buen día
las anchas puertas del amor.

Aqui estoy celebrando cumpleaños
entre amantes, doncellas y entre los años
con botellas de vino, deseos realizados
promesas cumplidas y viajes de avión,
resucitando palabras, descubriendo países,
matando leones y comiendo perdices
tratando de salvarme del olvido
y haciendo mi propia revolución.

Sé que soy eterno mientras esté vivo
en este mundo en que los destinos
vienen tatuados en el corazón,
y sé que muero un poco si no te toco el cuerpo
y ando desnudo como un ángel perverso
cuando me expulsas de tu mundo como a un ladrón.

Traigo conmigo todos mis cumpleaños
mis errores, mis vergüenzas y los largos años
que dentro de mi mochila se hicieron mejor,
conservo lo que heredé de la vida
mis frutas frescas y también las podridas
y todas mis amantes que siempre caben
en el hueco de mi corazón.

Hoy sé quien soy, sé lo que me aterra
sé que los odios viven debajo de la tierra
sé que ser feliz tiene gusto de emoción,
sé que el amor es un sentimiento divino
que mi beso no será nunca prohibido
si mi boca quiere besar este mundo de color.
Hoy sé que mis pasos son el camino
que ser felíz es mi único destino
que mi combustible és todavia lá pasión,
aprendí que sin mis poemas no sobrevivo
que la gracia de la vida es estar vivo
como ahora que escribo mi vida
en el esqueleto de esta canción.

3 comentários:

  1. Wooao!!! Yamil no sabia que ademas de excelente medico eras un tremendo poeta y narrador. Al leer el poema me vi reflejado en muchos de los versos...excelente trabajo.
    un abrazo desde Canada, tu amigo y colega
    Jesus Martinez

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    Respostas
    1. Que bueno que te gusto, Jesus. Me da mucha alegría encontrarte por aquí. Este fue un experimento que hice el otro día y mira lo que resulto. Recibe un fuerte abrazo y te deseo mucha salud en donde quiera que estés.

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