Afirman desde hace unos siglos
que el fin del mundo llega,
repiten los adivinos
y lo dicen los poetas
mientras nos preguntamos
como hacemos con las promesas
que hicimos um día a nuestros ancestros
para cuidar del planeta?
El fin del mundo, sin dudas
tal como lo oiste, llega
como la ola lo hace a la playa
como la sangre a las venas
como los minutos a las horas
como el rayo a la selva,
como el beso al amor
y la luz a las tinieblas.
El fin llega cuando el viento
va y no retorna, no deja huellas
cuando de tu piel tibia
tus lágrimas ni se acuerdan
cuando tu risa se ha ido
lejos de tus quimeras
y tus sueños sin mariposas
admiten que ya no vuelan.
El fin de tu mundo, no lo dudes,
arrasa contigo, llega
cuando la pasión no hierve
y tus labios sin promesas
no cantan tus fantasias,
y cuando tus pies de arena
no buscan nuevos caminos
ni se mezclan con la tierra.
El final de tus mañanas
lo tendrás encima de la mesa
cuando los besos no mojen
tu corazón sin estrellas,
cuando las marcas del tiempo
en tus ojos aparezcan,
cuando tu pasión se esconda
del amor trás las velas.
De aquí a cuánto tiempo
en qué año, en qué época
reniego del tiempo vivido
y hago parar mis cuerdas?
El fin de los días, que nadie lo dude
está próximo, te besa
sin saber que ese final
siempre eres tú quien lo inventas,
con los huesos de tus manos
y las manchas de tus piernas
con las sombras de tu retina
y los dias sin promesas.
Entonces, llegado el día
del juício final, del fin de la trégua
no podrás sentir
lo que con palabras austeras
te prohibieron en el sagrado libro
los angeles y los profetas
para que no pierdas el paraíso
que en otra vida te espera
después del prometido holocausto
de fuego que Dios inventa.
No quiero ser poesia
no quiero ser ola o yerba,
ni el beso ni las promesas,
no quiero que mi corazón
pare de miedo trás la puerta.
Solo quiero mi final hecho trizas
y que un nuevo comienzo aparezca. 
Nenhum comentário:
Postar um comentário